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Este concepto implica que los profesionales de la salud deben informar de manera clara y comprensible a los pacientes sobre los procedimientos médicos que se les van a realizar, así como los posibles riesgos, beneficios y alternativas disponibles.

El consentimiento informado garantiza que el paciente tenga la capacidad de tomar decisiones autónomas sobre su propia salud, respetando su autonomía y dignidad. Además, ayuda a establecer una relación de confianza entre el paciente y el equipo médico, lo que puede mejorar la adherencia al tratamiento y los resultados de la atención médica.

Se define como la obligación que tienen los profesionales de la salud de dar cuenta ante la sociedad por los actos realizados en su práctica protesional, cuya naturaleza y resultados sean contrarios a sus deberes por incumplimiento de los medios o cuidados adecuados en la asistencia del paciente.

Por otro lado desde el punto de vista procesal la responsabilidad médica gira en las esteras de derecho civil, derecho penal, administrativo, laboral, sanitario, disciplinario, etc.

Es una rama del derecho que se encarga de regular las normas y principios relacionados con la práctica médica y la prestación de servicios de salud. Incluye aspectos como los derechos y deberes de los pacientes, la responsabilidad nédica, el consentimiento informado, la confidencialidad, la ética médica, entre otros.

El acto médico-paciente es un contrato que genera obligaciones, el consentimiento informado es la manifestación práctica de ese contrato que no solamente es el documento que se tirma sino todas las escenas desde antes de una intervención médica, durante y los eventos posteriores a dicha intervención.